Oh! Parece ser que estás usando adblocker. Puedes seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site.
Vídeo
Este orangután macho vio la barriga embarazada de siete meses de una mujer y reaccionó de esta forma emocionante. Otro ejemplo de maravillosa empatía animal. ¡Qué tristeza que un ser tan noble viva encerrado para satisfacer el deseo de entretenimiento humano!
Vídeo
Este orangután macho vio la barriga embarazada de siete meses de una mujer y reaccionó de esta forma emocionante. Otro ejemplo de maravillosa empatía animal. ¡Qué tristeza que un ser tan noble viva encerrado para satisfacer el deseo de entretenimiento humano!
11/07/2018
Ningún animal merece ser tratado como una mercancía que se puede comprar, vender o prestar, ni exhibido para satisfacer la curiosidad de los seres humanos, ni desechado como un objeto roto cuando ya no satisface las necesidades del zoo.
El ser humano y el orangután comparten el 97% del genoma. Así lo demuestra un estudio realizado por por un equipo de investigadores en la Universidad de Washington en Saint Louis, EEUU. El informe está basado en el orangután de Sumatra aunque también se incluyeron subgrupos de este simio del orangután de Borneo. Antes existían orangutanes en muchos lugares de Asia, pero actualmente solo quedan estas dos especies –Borneo y Sumatra – y ambas están amenazadas por la acción humana.
Ese 97% del genoma demuestra que los seres humanos y los orangutanes somos parientes. En concreto, el estudio demuestra que nuestra especie se habría separado hace 14 millones de años de la del orangután, una divergencia que con el chimpancé ocurrió hace 6 millones de años. Por ello no es de extrañar que a veces adoptemos actitudes de los orangutanes ya que estos animales son anteriores al hombre. Esto es lo que le ocurre a esta pareja que acudió al zoo de Colchester. La mujer estaba embarazada de siete meses y al encontrarse con un orangután macho éste se aproxima tras el cristal y se emociona. El hombre que grabó las imágenes asegura que vio lágrimas en los ojos del animal.
Quizás esas lágrimas sean de emoción, alegría o pena. No lo sabemos con exactitud al igual que tampoco lo sabríamos si esas emociones las sintiera un ser humano. Puede ser que el orangután se emocionara al ver una barriga de una mujer embarazada. También cabe la posibilidad que esas lágrimas sean de impotencia al sentirse encerrado en cuatro rejas. A día de hoy los seres humanos seguimos encerrando animales en zoos, en lugares alejados de su hábitat natural y privándolos de su libertad.
El pasado mes de junio un video que mostraba a un orangután luchando contra una excavadora que talaba árboles se hizo viral. Esta lamentable escena ocurría en la isla de Borneo, el lugar donde viven cerca de 57.350 orangutanes. "Es la tercera población más grande de la provincia y una de las mayores de Borneo y del mundo", dijo Karmele Llano Sánchez, veterinaria oriunda de Bilbao que dirige la organización conservacionista International Animal Rescue (IAR). En los últimos 10 años unos 50 orangutanes han sido rescatados en el bosque Sungai Putri y sus alrededores por la organización.
“Calculamos que quedan entre 70.000 y 100.000 orangutanes en Borneo, lo que significa que en las mayores poblaciones ha habido un declive del 50%. Desafortunadamente, sólo vive allí, lo que significa que ese cifra representa a todos los ejemplares que aún quedan de esa especie”, asegura María Voight, autora de la investigación sobre los orangutanes de Borneo del instituto Max Planck de Alemania.
La deforestación de la selva como consecuencia de la tala incontrolada de árboles para la producción de aceite de palma está acabando con estos primates en Indonesia y con uno de los mayores pulmones del mundo. Estas acciones demuestran que el ser humano está destrozando el hábitat natural de estos primates. Estos animales demuestran que defienden lo suyo, como en el caso de la excavadora, y que son tiernos al mostrar empatía hacia la gestación. Puede ser que compartamos el 97% del genoma pero queda claro que somos los seres humanos los que tenemos que aprender de los orangutanes. Al fin y al cabo, el ‘animal’ sigue siendo el ser humano.
share