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La joven sufrió Mielitis Transversa con tan solo 15 meses y, según los médicos, no iba a ser capaz de andar
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La joven sufrió Mielitis Transversa con tan solo 15 meses y, según los médicos, no iba a ser capaz de andar
07/11/2018
La medicina está a veces llena de sorpresas. La última la protagoniza una niña llamada Seattle Lennox, residente en Kelowna, una población de la Columbia Británica Canadiense. Con tan solo 15 meses de edad, Seattle perdió la capacidad de anda debido a una grave lesión en la médula espinal que se conoce como Mielitis Transversa.
El diagnóstico en aquel momento fue fatídico: teniendo en cuenta su corta edad, los médicos informaron a la familia de que, en el mejor de los casos, la niña quedaría completamente parapléjica de cuello para abajo.
Años después, sin embargo, ha llegado la sorpresa. Y es que Seattle es capaz ahora de practicar deportes como la escalada, la danza o la natación. Además, por supuesto, de caminar o correr.
El secreto detrás de su evolución no ha sido otro que el esfuerzo, la dedicación, la determinación y el optimismo, además de la implicación de un equipo médico que ha llevado a cabo numerosos tratamientos para mejorar la calidad de vida de la niña, que ya es considerada por muchos un auténtico milagro de la medicina.
Aunque todavía sufre de dolores musculares muy severos y fatigas a causa de su trastorno, lo cierto es que la actitud positiva de la niña es otro de los factores que han llevado a la joven en convertirse en una auténtica portavoz de la mielitis transversa, gracias también a su madre, quien ha contado su historia en YouTube y ha traído un auténtico halo de esperanza a las familias de todos los afectados por la enfermedad.
La mielitis transversa es un trastorno neurológico causado por la inflamación de un segmento de la médula espinal. Al parecer, los ataques de inflamación dañan o destruyen la mielina (una sustancia grasa que cubre las células nerviosas), lo que genera cicatrices en el sistema nervioso, responsables de interrumpir las comunicaciones entre los nervios de la médula y el resto del cuerpo.
Aunque algunas personas se recuperan de la enfermedad con algunos problemas residuales, otras sufren alteraciones permanentes que afectan a muchas actividades cotidianas de su día a día.
Las causas del síndrome son todavía un misterio para la ciencia: la predisposición genética no estaría todavía demostrada, por lo que se habla de infecciones virales, alteraciones immunológicas o flujo sanguíneo insuficiente, entre otras causas.
Aunque los casos como el de Seattle son menos frecuentes de lo que nos gustaría, lo cierto es que la historia más reciente nos deja algunos casos que son todavía considerados ‘milagros’ para la medicina. Por poner solo algunos ejemplos, el caso de D’Zhana Simmons es uno de ellos: una adolescente que sobrevivió 118 días sin corazón gracias a dos bombas artificiales que permitieron que la sangre circulara por su cuerpo, manteniéndola en vida.
Alcides Moreno, por su parte, fue un limpiador de ventanas que cayó desde 47 pisos de altura y que, tras un tiempo en coma, despertó como si nada y sin secuela alguna.
El caso de los gemelos Pablo y Mario, acontecido en España, es otro de estos ejemplos. Y es que cuando todavía se encontraban en la barriga de su madre fue detectado un síndrome de transfusión de gemelo a gemelo, una patología que provoca que uno de los fetos no crezca lo suficiente y termine muriendo por falta de oxígeno. Por medio de una fetoscopia (o lo que es lo mismo, una intervención dentro del vientre de la madre) se consiguió restablecer las conexiones vasculares-placentarias y salvar la vida de los dos pequeños, que hoy viven con total normalidad.
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