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Descubren tres sorprendentes nuevas especies en las profundidades del océano

Las nuevas especies han sido temporalmente bautizadas como "peces babosos de Atacama rosa, azul y morado". El equipo encargado de la investigación nos advierte de que incluso este área tan aislada se está viendo afectada por la actividad humana.

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Descubren tres sorprendentes nuevas especies en las profundidades del océano

Las nuevas especies han sido temporalmente bautizadas como "peces babosos de Atacama rosa, azul y morado". El equipo encargado de la investigación nos advierte de que incluso este área tan aislada se está viendo afectada por la actividad humana.

 

Alejandro Rodríguez

19/09/2018

Los océanos de la Tierra siempre han ejercido una extraña fascinación sobre los seres humanos. Cubriendo el 71% de la superficie de nuestro planeta, se trata de uno de los pocos hábitats que no podemos dominar. A pesar de todos nuestros avances científicos y tecnológicos, se considera que tan solo el 5% de nuestros mares ha sido explorado.

Y es que las dificultades para investigar sobre qué se oculta bajo su superficie azul son muchas y muy complicadas de evitar. La falta de oxígeno es una de las peores; pero palidece en comparación con la tremenda presión que ejerce el agua sobre cualquier persona u objeto que se sumerja a cierta profundidad.

Sin embargo, la comunidad científica considera que es fundamental que comprendamos mejor los océanos de la Tierra; y por lo tanto, año tras año se llevan a cabo nuevas investigaciones sobre lo que se esconde en el suelo oceánico. La mayoría de ellas se llevan a cabo utilizando naves no tripuladas, controladas desde la superficie, que graban lo que van encontrando y recogen muestras para su estudio.

En el vídeo podemos ver parte de las imágenes recogidas en una de estas investigaciones. Se trata de un proyecto llevado a cabo en la Fosa de Atacama, una de las más profundas del Pacífico con más de 8,000 metros de calado en su punto más bajo. El esfuerzo para llegar hasta el fondo de la misma ha sido llevado a cabo por un equipo de cuarenta científicos de más de 17 países, pero ha permitido comprender mejor qué se oculta en estos entornos.

Así, el proyecto consistía en sumergir una máquina especialmente diseñada para atraer a la vida marina de la zona una vez aterrizada en el suelo oceánico. Una vez allí, mediante cebos y una trampa para peces, su intención era grabar imágenes de los habitantes de las profundidades marinas, y capturar algún ejemplar vivo para su estudio.

El proyecto fue todo un éxito. Los científicos encargados del mismo descubrieron tres nuevas especies de peces, a las que han bautizado temporalmente como “peces babosos de Atacama rosa, azul y morado”. Se trata de ejemplares de la familia lipariade, unos animales adaptados a las extremas presiones encontradas a estas profundidades y que son algunos de los depredadores más importantes de los fondos marinos.

Algunas de sus principales características son su piel escurridiza sin escamas, y la casi total falta de partes duras en todo su cuerpo, que les permite no sucumbir a las altas presiones del agua. El aparato enviado a la fosa de Atacama también consiguió capturar un ejemplar y llevalo con vida a la superficie, algo bastante complicado teniendo en cuenta que su entorno natural es totalmente distinto al nuestro.

De todos los hallazgos que se han logrado con esta investigación, el más preocupante para los científicos es el de pequeños restos de materiales plásticos en el interior del animal capturado. Esto también pudo observarse el año pasado en varios ejemplares capturados en la otra punta del planeta, a raíz de un estudio similar realizado en la fosa de las Marianas, la más profunda del mundo.

Según los científicos a cargo de ambas investigaciones, la contaminación de nuestros océanos es tan alta que incluso las grandes profundidades marinas se están viendo afectadas por ella. Se desconocen todos los efectos que esto pueda tener a largo plazo; pero sin duda, se trata de algo que debería hacernos reflexionar. Al fin y al cabo, si ni siquiera los peces que viven a 8,000 metros de profundidad están a salvo, ¿quién lo está realmente?

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