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El conmovedor vídeo de un grupo de elefantes acogiendo a una cría huérfana

Las manadas de elefantes muestran una solidaridad envidiable de la que los humanos podríamos aprender.

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El conmovedor vídeo de un grupo de elefantes acogiendo a una cría huérfana

Las manadas de elefantes muestran una solidaridad envidiable de la que los humanos podríamos aprender.

 

María L. Cid

26/01/2019

En las distintas maneras en las que la cultura popular intenta asimilar comportamientos de los animales con sus aparentes reflejos humanos, el elefante destaca por la memoria. Solemos atribuirles a estos nobles animales el don de recordar quién ha sido bondadoso con ello y quién, despreciable.

Sin embargo, el elefante tiene muchos más dones. Y este vídeo que lleva ya acumulados más de 700.000 visitas en YouTube, lo demuestra. Hay muchos vídeos en esta Red Social dedicados a los animales de los que se nutre el Centro Elephant Nature Park, un santuario tailandés creado allá por 1990, pero estas imágenes en concreto muestran que los paquidermos tienen en sus genes el don de la colectividad como medio de acogida.

Una cría huérfana, recién llegada al centro, se ve sumida en la atención de una manada que lo atrae entre los característicos sonidos de su barritar y gestos de cariñosa atracción con las trompas. Hasta que la pequeña cría se ve impulsada a sumirse en medio del magma animal de sus mayores.

La maternidad es algo muy particular en la especie de los elefantes. Tras los 22 meses que dura la gestación, las hembras de la manada se reúnen cuando llega el momento de traer a la nueva criatura al mundo. Y despliegan un instinto maternal que se extiende mucho tiempo tas el nacimiento.

Los elefantes son animales asombrosos y, como se decía en el espléndido film de Clint Eastwood “White Hunter, Black Heart”, “matar a un elefante es más que un delito, es un pecado”. Por desgracia los elefantes siguen en el punto de mira -nunca mejor dicho- de los cazadores furtivos. Cazadores como los que dejaron huérfana a esta cría que ahora es adoptada por esta noble manada.

De la misma manera en que les afectan los nacimientos, lo mismo ocurre con los decesos. Cuando un miembro del grupo muere, lo rodean, lo acarician, lo huelen en una serie de signos de luto que incluso llegan a asociarse a comportamientos depresivos, como desplazarse más despacio, como con desgana vital o a comer en menor volumen.

Puede que nos engañemos un poco buscando etológicamente similitudes entre los comportamientos animales y humanos. Pero de alguna manera nosotros seríamos mejores si comulgásemos con la innata bondad que estas maravillosas bestias despliegan para con los suyos, instintivamente. Algunos humanos también mejoramos cuando seguimos nuestros buenos instintos. Quizá precisemos también del espíritu de colaboración que se respira en santuarios preventivos como el Elephant Nature Park de Tailandia.

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