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Si no hubiesen actuado con cautela, se habrían llevado más que un susto
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Si no hubiesen actuado con cautela, se habrían llevado más que un susto
06/02/2019
Tremenda sorpresa la que se llevaron unos exploradores británicos en la ruta que une San Sebastián con la aldea de Pasaia por el norte de España, cuando en pleno transitar se percataron de la existencia de una criatura alargada en el suelo, que en principio confundieron con el cuerpo de una serpiente muy delgada.
Lo bueno, ante tal susto; fue que observaron la extraña fila con prudencia, ya que de haberlo hecho de cerca, muy mal la hubiesen pasado. Seguramente te preguntarás ¿qué vieron?, y la respuesta es una obra maestra de la naturaleza: la formación de un ejército de orugas destructoras de pinos. Nada más y nada menos que la marcha de las orugas procesionarias.
Cabe destacar que esta particular oruga no solo perjudica a los pinos, sino que también desata una reacción alérgica en la piel del ser humano, conocida como urticaria; además de irritación en oídos, nariz y garganta debido a una toxina que se llama Thaumatopina. Hasta puede resultar letal para las mascotas que entran en contacto con su cuerpo lleno de pelos, ocasionándoles asfixia. Por eso, aunque te cause mucha curiosidad algún animalito o especie silvestre, lo mejor es no tocar, y admirar cuidadosamente.
Su nombre científico es Thaumetopoea pityocampa, predomina en zonas rurales, parques y bosques de pinos de Europa y América del Sur. Además se le considera como la principal atacante de los pinares españoles. Por ello se dice que es un insecto defoliador.
El calentamiento global ha contribuido con su proliferación en Aragón (España), y como está afectando a los pinos del lugar, el gobierno local está buscando combatirlos con una “guerra biológica”, es decir, buscando una especie que los devore para que no causen mayores daños.
En los meses de febrero, marzo y abril, se hacen más visibles.
Estas orugas suelen formar largas filas (como la del vídeo) por dos motivos: cuando están en periodo de pupa, es decir, que pasan de larva a adulto; o cuando van a buscar alimento porque ya se han devorado todos los nutrientes de las plantas donde hicieron sus nidos.
Entre los métodos que se usan para acabar con ellas están la quema de sus nidos y también se le coloca una trampa con feromonas, sustancias químicas; a los machos para evitar la cópula.
Los enemigos naturales de las orugas procesionarias son: las hormigas, avispas, chicharras, junto a los murciélagos y el lirón careto. También está un hongo del suelo, el Cordiceps militaris, que mata a las crisálidas de la procesionaria y vive como parásito sobre ellas.
Fuentes consultadas:
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