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Desafío visual: ¿Eres capaz de encontrar a un hombre entre todas estas lentejas antes de que acabe el tiempo?

¡Pon a prueba tu percepción visual y activa varias partes de tu encéfalo! Al final del video se encuentra la respuesta.

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Desafío visual: ¿Eres capaz de encontrar a un hombre entre todas estas lentejas antes de que acabe el tiempo?

¡Pon a prueba tu percepción visual y activa varias partes de tu encéfalo! Al final del video se encuentra la respuesta.

 

Rocio Barquilla

31/08/2018

La idea en realidad es simple: encuentra a un hombre entre todas estas lentejas. Sin embargo, los procesos que ocurren en tu cerebro mientras lo encuentras no son para nada simples.

Al contrario que en el mítico puzle “¿Dónde está Wally?” donde sabemos exactamente cómo luce Wally, en el vídeo que encabeza este artículo sólo tenemos una vaga pista: es un hombre. El texto que acompaña al reto nos aporta algo más información, aunque sustancialmente irrelevante:

“Una persona se ha ocultado entre estas lentejas gigantes para que su jefe no se dé cuenta de que ha llegado tarde al trabajo. El jefe tiene tan solo 10 segundos para encontrarlo, ¿puedes ayudarlo a buscar al muchacho?”

Al no conocer la imagen concreta que estamos buscando, nuestro cerebro necesita hacer un esfuerzo extra para detectar la inconsistencia, reconocer la figura e identificarla cómo la solución. Pero aunque este tipo de desafíos te puedan dar dolor de cabeza, lo cierto es que son extremadamente estimulantes para nuestra mente e incluso nos pueden ayudar a desarrollar la paciencia y aprender a lidiar con la frustración.

Y es que los juegos visuales pueden esconderse en cualquier parte del día a día:

¿Eres capaz de encontrar al gato que duerme apaciblemente entre estos troncos de leña?

¿No sientes una presencia observándote en la siguiente imagen?

¡Ten cuidado con el animal que se arrastra por la corteza de este árbol!

Durante el tiempo que has intentando descifrar estos retos visuales, tu mente ha realizado cientos de complejos procesos: primero nuestro ojo capta la información que es transformada en impulsos nerviosos y procesada por nuestro cerebro para detectar el brillo, el contraste, el color, el movimiento, la distancia y con suerte reconocer la figura oculta. Para procesar toda esta información han trabajado varias áreas de nuestro encéfalo que se encuentran cerca de la nuca.

Además, en este proceso nuestro cerebro descarta toda la información que es irrelevante pues está concentrado en un solo objetivo: encontrar la figura oculta. Por eso seguramente no te has dado cuenta de que en la primera imagen hay un tronco colocado de manera perpendicular al resto, de que la vela de la segunda imagen está apagada o de que las hojas de la tercera imagen denotan que la foto se tomó durante el otoño.

Pero no necesitabas esta información para resolver los puzles visuales, así que tu cerebro ha sido listo y ha decidido obviar el 90% de los detalles innecesarios ¡Esperemos que no haya obviado sin querer la solución también!

De hecho, el neurocientífico Beau Lotto demostró a través de varios experimentos que la información que recibimos no tiene ningún significado por sí, es nuestro cerebro el que define la realidad. Los mecanismos que nuestro intelecto ha desarrollado para encontrar información y relacionarla con otros datos del pasado básicamente determinan nuestra percepción del mundo. Así que, quien sabe, quizás cada uno ha encontrado un hombre distinto entre las lentejas que aparecen en el vídeo al principio de este artículo.

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