Para aquellos que no practiquen deporte más allá de los límites de su sofá preferido, cualquier grabación videográfica de algún ejercicio, por poco arriesgado que sea, puede resultar asombroso. Mucho más ahora que el tamaño de las cámaras y su definición de imagen, permiten llevarla encima, afianzada en un casco o en un chaleco y permitiendo que, desde tu butaca, tengas la impresión del ejercicio en primera persona. Puede que no te canses, claro, pero sí que hay grabaciones que te disparan igualmente la adrenalina o la sensación de vértigo.

Un ejemplo notable de esto último es lo que podemos ver en este vídeo grabado por Nicholas Lott, un joven de 32 años, ciudadano de Houston (Texas, Estados Unidos) y conocido internacionalmente por sus saltos en paracaídas.

¿Qué hace especial a esta grabación? Pues que Nicholas la ha realizado portando una cámara que registra la imagen en 360º. Quién esté acostumbrado a mirar por una lente fotográfica de ojo de pez, tan solo se aproximará a este asombroso efecto en el que vemos todo lo que nos rodea. La realidad se deforma y curva hasta unirse en el infinito.

Se trata de recoger y difundir una mirada que no está al alcance de todos. La capacidad física para participar en este deporte es una barrera insalvable para muchos, pero ahí están estas pequeñas maravillas tecnológicas y la atrevida eficacia de estos deportistas, casi daredevils, osados que lidian con las fronteras de la muerte y que logran -aparte de batir sus propios records- compartir con nosotros su febril actividad.

Mientras cae a una velocidad en la que no podemos ni pensar (y menos desde el citado sofá) Lott gira su cabeza aumentando el citado efecto que curva toda línea del horizonte. Cielo, nubes y tierra se conforman como realidades separadas, en círculos perfectamente diferenciables, como si nuestra visión fragmentara la Realidad en contundentes esferas. Según la altura y según la mirada de Lott, a veces cada uno de esos mundos toma preponderancia y oculta a todos los demás.

Este vídeo y tantos otros de Lott que podéis hallar en Redes Sociales son una impagable publicidad para la compañía en que trabaja Skydive Spaceland. Y aunque muchos de los que clickan en las grabaciones jamás se atreverían, otros sí. Otros piensan que no quieren pasar por la vida sin haber despegado el cuerpo del sofá y saber lo que se siente al saltar de un avión situado por encima del nivel de las nubes y percibir la fricción del fino aire contra tu cuerpo. Siempre estás a tiempo: recuerda que hace poco un hombre de 101 años vio cumplido ese deseo, fuertemente sujeto al arnés de un instructor.

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