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Estos objetos no son lo que parecen, ¡la verdad te asombrará!

Las creaciones más dulces del chef Ben Churchill pondrán en conflicto todos tus sentidos

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Estos objetos no son lo que parecen, ¡la verdad te asombrará!

Las creaciones más dulces del chef Ben Churchill pondrán en conflicto todos tus sentidos

 

Rocio Barquilla

16/10/2018

Además de ser un placer, la comida también puede convertirse en un arte polémico que inspire a los comensales a salir de su zona de confort.

Con esta idea la mente, el chef Ben Churchill ha desafiado los límites de la gastronomía para traernos postres que tratan de bloquear nuestro raciocinio y de aturdir nuestros sentidos. “Me cansé de los postres convencionales y comencé a preguntarme cómo de lejos podía llegar” cuenta este atrevido chef.

Su arte culinario consiste en convertir deliciosos dulces en objetos cotidianos que rompen con la atracción de un postre que no nos entra por los ojos: ceniceros, pizzas, verduras, estropajos, frutas podridas, huevos fritos, hamburguesas, quesos, etc. “Mis clientes pueden experimentar desde confusión hasta recelo o humor, siempre haciéndoles pensar fuera de sus límites con mis creaciones” comenta Churchill.

Porque la idea de estos postres tan contra intuitivos es jugar con las percepciones que nuestros sentidos envían al cerebro: parece tierra sacada del jardín pero sabe a bizcocho de chocolate con mermelada de fresa.

Al principio experimentar con estos postres poco convencionales era un pasatiempo, pero poco a poco se convirtió en una realidad y ahora puede ofrecer sus creaciones en el menú de un restaurante.

Y aunque la vista nos engañe porque Churchill consigue crear ilusiones hiper realistas, lo cierto es que el gusto podrá confirmar que sus postres cuentan con un sabor perfectamente equilibrado. Ahí reside la grandeza de este chef: cómo jugar con las texturas, los colores y las formas sin sacrificar el sabor del resultado final.

Para encontrar este equilibrio Churchill puede pasar entre un día y seis meses elaborando la receta estos trampantojos. Su inspiración surge de momentos totalmente inesperados: “Simplemente me surge una idea en la cabeza, o estoy jugando a un videojuego y pienso ‘molaría convertir eso en un postre”.

Una vez que dicha idea surge en su cabeza, este chef trabaja hacia atrás buscando los pasos adecuados que le lleven al resultado final que ha imaginado. En el camino ocurren muchos experimentos que terminan en dulces y comestibles fracasos, hasta que encuentra la textura, la imagen y el sabor perfectos.

Lejos de considerarse un artista que ha inundado las redes sociales con sus inventivas creaciones, Ben Churchill se llama a sí mismo “El Ilusionista de la Comida. Y de hecho es un buen título porque las ilusiones que este chef elabora hacen que el cerebro realmente tenga problemas para admitir que varios de sus sentidos no se ponen de acuerdo ¡Un postre que rompe con la lógica racional de nuestras mentes!

Y ustedes ¿serían capaces de saltarse las señales que les envían sus ojos al mirar estos postres y disfrutar de las sensaciones que reciben a través de su boca?

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