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Un perro orina encima de un hombre, este intenta pegarle y... todo acaba con final feliz

En un primer momento el hombre intenta agredir al perro, pero luego cambia de opinión

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Un perro orina encima de un hombre, este intenta pegarle y... todo acaba con final feliz

En un primer momento el hombre intenta agredir al perro, pero luego cambia de opinión

 

M. A. P.

07/11/2018

No todas las historias de amor entre hombres y perros tienen un comienzo idílico. A veces, la compasión y la culpa pueden forjar tandems como este que os presentamos.

Ponte en situación. Estás mirando el móvil sentado en una calle de Brasil cuando de repente notas un líquido calentito en la espalda. Efectivamente, se te están orinando encima. Te giras y ves a un tuso cometiendo la fechoría, ¿le pegas, o te lo llevas a casa?

Pues, tristemente, le pegas, luego te arrepientes de tu comportamiento y vuelves para disculparte con el perro. O eso, al menos, es lo que hizo Heinze Sánchez, el brasileño que podéis ver en el vídeo del encabezado cumpliendo con su rol de urinario canino.

Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana del pasado 13 de octubre y quedaron registrados para la posteridad por una cámara de seguridad del vecindario.

Sánchez, de 27 años, en un primer momento salió despavorido a satisfacer su venganza y le propinó una fuerte patada al perro, pero al llegar a casa comenzó a sentirse mal y volvió al barrio donde había conocido a su futuro compañero para preguntar por el ejemplar blanco que le había meado encima.

Tras encontrarlo y comprobar que no tenía dueño, decidió adoptarlo. El propio Sánchez relata así el momentazo:

“Cuando lo encontré, lo llamé y él vino sacudiendo la cola. Comenzaba a llover. Me quedé jugando un tiempo con él y luego decidí llevarlo a casa. Él se acercó a mí. Es muy dócil, se queda pegado, llora cuando salgo de casa. Hace algunos líos en la casa del vecino, pero es un buen perro”.

Mucha suerte ha tenido este pobre animal en un país donde los perros y los gatos abandonados se hacinan en “favelas” diseñadas especialmente para ellos. Solo esperamos que la simbiosis dure mucho tiempo y que cunda el ejemplo entre los brasileños.

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