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Este perro ‘choca los cinco’ con su pata cada vez que le dan comida

Realiza el gesto de una forma tan natural que casi que parece que fuera un humano con disfraz

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Este perro ‘choca los cinco’ con su pata cada vez que le dan comida

Realiza el gesto de una forma tan natural que casi que parece que fuera un humano con disfraz

 

M. A. P.

14/08/2018

Los parroquianos de este bar se quedaron a cuadros cuando vieron al perro Toby chocando los cinco para después reclamar su vianda. Se nota que se lleva bien con el barman.

Aunque quizás lo mejor es la pose chulesca que adopta, con sus posaderas en el taburete y sus patas delanteras sobre la barra. Una vez en posición, a deleitarse con las “chuches” que le llegan de frente. Eso sí, para que la cosa no pare, de vez en cuando tiene que hacerse un give me five con su benefactor, que bien podría estar llenándole el buche todo el día con tal de verle levantar la patita.

Es justo, por tanto, decir que este labrador le ha cogido el truquillo a la supervivencia playera. Y es que nuestra especie, indistintamente del género, tiene debilidad por los humanoides y así nos pasamos la vida entera, premiando aquellas conductas que nos recuerdan a nosotros mismos.

Toby, como es lógico, está encantado con el trato y acude temprano cada mañana a su puesto de trabajo bajo la atenta mirada de los clientes. Se sienta, prepara la pata y a “puntuar” galletitas de ternera.

Te gusten los animales o no, es imposible negar que el chucho tiene gracia. Lo mismo debe pensar él del camarero o algo más en plan “mientras dure la cosa...”

Entrenando a tu perro

Al margen de la utilidad que tiene entrenar a tu perro para que se comporte como Toby, hay muchos buenos valores que puedes transmitirle de manera poco invasiva, es decir, respetando su naturaleza perruna.

Eso sí, para conseguirlo has de elegir el momento adecuado: lo difícil no es entrenar a un perro, es re-educarlo una vez que ha adquirido malos hábitos. Por ello, lo mejor es empezar cuanto antes, pero si tu perro ha llegado hasta tí en plena adolescencia, que no cunda el pánico, todavía hay esperanza.

La clave, sea cual sea la edad del animal es buscar aquellos instantes más propicios para educar. Ten en cuenta que llegar a casa de la oficina y ponerte a dar gritos no te va a funcionar. Por el contrario, llévatelo a dar un paseo, deja que haga sus necesidades y juega con él un rato, seguro que después te presta toda su atención.

De igual modo, elegir un lugar propicio también puede influir en la efectividad del entrenamiento. Procura que “el aula” no brinde distracciones. Que no esté la tele encendida, que no haya música puesta ni niños gritando u otros perros tratando de socializar con tu perro.

Una vez que tengas las condiciones adecuadas, comienza a educarlo con órdenes claras y directas. Aunque lo parezca, los perros no te entienden cuando les hablas, así que no gastes tiempo intentando explicarles algo. Enséñales lo que quieres de ellos, si hace falta replicando tú mismo el comportamiento deseado y trata de mandar con tu lenguaje gestual.


Finalmente, premia su avances, es la mejor forma de reforzar las conductas positivas. Por ejemplo, si tu perro se sienta cuando tú se lo ordenas, dale una galletita o transmítele tu afecto, la enseñanza durará para toda la vida.

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