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Con sólo tres años de edad, William fue discriminado por tener que adaptar un contexto cotidiano a su diversidad funcional
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Con sólo tres años de edad, William fue discriminado por tener que adaptar un contexto cotidiano a su diversidad funcional
26/10/2018
No se trata sólo de construir aceras con rampas o de instalar semáforos sonoros. Por supuesto cualquier ciudad debe adaptarse a las necesidades físicas de todos sus habitantes, pero también se trata de normalizar la diversidad funcional y concienciar al resto de ciudadanos.
Cualquier discapacidad física puede suponer una discriminación en contextos tan cotidianos como comer en un restaurante, donde seguramente ningún camarero le haya preguntado jamás si se ha lavado usted las manos antes de tocar nada.
Pero William Bancroft, un niño estadounidense de 3 años que nació sin brazos, se enfrentó a una discriminación casual en una cafetería por comer con los pies, la única manera que tiene de alimentarse sin ayuda de los demás.
Las imágenes que encabezan este artículo resumen el incidente, que tuvo lugar en un establecimiento de dulces llamado The International House of Pancakes (IHOB). Como cualquier otra familia, William y su madre Alexis decidieron ir a desayunar a esta pastelería un sábado por la mañana.
Como William utiliza los pies para comer, su madre lo suele sentar sobre la mesa donde le es más fácil acceder a la comida. “Cuando llegamos, lo llevé al baño y le lavé los pies para que pudiera comer” explica la madre en el vídeo.
Sin embargo, momentos después la gerente del establecimiento acusó a William y a su madre de cometer una infracción sanitaria por sentar al niño en la mesa y dejarle coger un bote de sirope con los pies.
Sorprendida por la reacción de la empleada, Alexis se defendió "¿También le preguntas a todos tus clientes si se lavan las manos antes de tocar el bote de sirope?". Ante la falta de consideración del establecimiento ante una clara discriminación contra la discapacidad de su hijo, la madre de William decidió irse sin pagar.
El incidente se hizo viral cuando la propia Alexis denunció lo sucedido a través de un post de Facebook. Una vez los medios de comunicación se hicieron eco de lo sucedido, algunos empleados del establecimiento reconocieron sentirse avergonzados por lo sucedido.
La misma gerente que protagonizó la ofensa también decidió disculparse públicamente: “Nunca le haría algo así a tu hijo de forma intencionada o sin querer. No era lo que estaba intentando"
Por supuesto la propia compañía IHOP también se puso en contacto con Alexis Brancroft para disculparse, dejando claro que establecerían una conducta apropiada para tratar adecuadamente a los clientes con diversidad funcional.
"IHOP y nuestras franquicias no toleran acciones que son o aluden a una discriminación de cualquier tipo”
Aunque se hayan pedido disculpas, William Bancroft ha entendido que su diversidad no es normal. Por eso los días siguientes al incidente no quería sentarse a la mesa a comer, según su madre “quería sentarse en una silla, algo que no puede hacer”.
Por eso lo más importante es adaptar nuestra mentalidad a las diferentes realidades de las personas con diversidad funcional y normalizarlas en nuestro día a día.
Y ustedes ¿qué opinan de este incidente?
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