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Esta niña prueba el wasabi por primera vez y su cara lo dice todo

Esta niña prueba por primera vez el picante condimento japonés y su reacción tiene a todos hablando. Hay personas que lo tachan de abuso infantil, mientras que a otros les resulta muy divertido. Mira el video, ¿qué crees tú?

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Esta niña prueba el wasabi por primera vez y su cara lo dice todo

Esta niña prueba por primera vez el picante condimento japonés y su reacción tiene a todos hablando. Hay personas que lo tachan de abuso infantil, mientras que a otros les resulta muy divertido. Mira el video, ¿qué crees tú?

 

Rocio Barquilla

26/02/2019

El wasabi es un rábano picante de origen japonés que se usa como condimento, normalmente mezclado con salsa de soja. Sin embargo, su fresco olor no avisa a nuestras papilas gustativas del picor que están a punto de experimentar.

A diferencia de la guindilla u otras especias picantes, el wasabi desprende una especie de vapores que suben inmediatamente por las fosas nasales. Afortunadamente la sensación de ardor que produce esta raíz dura poco.

Rosie, la niña que protagoniza el vídeo, que obviamente no se esperaba el picor nasal, tiene una reacción totalmente genuina tras probar una diminuta gotita de wasabi. Con la cara desencajada mira a su madre y con un hilo de voz le pide “help” (ayuda).

Si bien a muchas personas les pareció que el video era divertido e inofensivo, muchos otros se indignaron.

“¿Qué demonios les pasa a esos padres? La niña dijo que no”, comentó un usuaria de YouTube.

“Esto es terrible. Ningún niño debería tener que soportar esto por parte de un padre”, agregó otra.

Sin embargo, muchas mujeres comenzaron a defender a la madre, diciendo que era completamente inofensivo para la niña y que después de todo el video es gracioso.

“Esto no es abuso infantil o mala crianza de los hijos. La niña sentía curiosidad, si no la hubiera tenido hubiera dado vuelto la cabeza. La exposición de los niños a los alimentos a una edad temprana es algo bueno”, escribió una mujer.

Rizomas de Daruma Sawa Wasabi fresco. Fotografía: Amanda Schmidt

Los primeros años de nuestra vida se centran en explorar el mundo que nos rodea. Aprendemos a interpretar la información que nos aportan nuestros sentidos y comenzamos a diferenciar colores, olores, sabores, sonidos, texturas, etc. ¡Todo un mundo de experiencias nuevas!

Al principio las percepciones son muy generales y con el paso del tiempo vamos adquiriendo matices. Antes de que nos demos cuenta hemos aprendido a diferenciar un tejido bueno de uno malo, a apreciar el olor de la lavanda o a degustar la amargura de un café solo.

De hecho, el gusto es uno de los sentidos más complejos que existen. Para empezar, cada parte de nuestra lengua está dedicada a identificar un sabor distinto: la punta de la lengua para los dulces, los laterales bajos para los salados, los laterales medios para los ácidos y el final de la lengua para los amargos.

Cuando somos pequeños preferimos los sabores simples como los dulces y los salados. Con el paso del tiempo aprendemos a degustar sabores amargos (como la cerveza) o ácidos (como los cítricos).

Sin embargo, existe una superposición considerable entre estos cuatro sabores básicos ¿Qué pasa cuando comes pizza con piña o verduras con salsa agridulce?


Es más, la identificación de todos los sabores básicos no está científicamente establecida al 100%. Algunos expertos afirman que la grasa, el umami o el sabor metálico deberían incluirse en la lista de sabores básicos que nuestra lengua es capaz de diferenciar.

Aunque el gusto se genera en las papilas gustativas de la lengua, el olfato también influye en nuestra percepción del sabor. Seguramente por eso en el vídeo que encabeza este artículo la madre permita que su hija huela el wasabi antes de probarlo.

Chef japonés rallando una raíz de wasabi. Fotografía: City Foodsters

En internet hay una innumerable cantidad de vídeos donde niños y niñas pequeños prueban alimentos con sabores fuertes, como el de aquí abajo de un niño probando un limón.

Sus reacciones son extremadamente divertidas porque es la primera que vez que sus papilas gustativas se enfrentan a un sabor tan fuerte, por lo tanto todavía no están entrenadas para disfrutar de la amargura o de la acidez. Pero a la vez nos hacen pensar, ¿es necesario hacerlos pasar por semejante mal momento simplemente para reírnos?

Y a ustedes ¿les hacen gracia las reacciones de los niños pequeños cuando prueban este tipo de sabores?

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