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Luchando contra la extinción: el linaje del rinoceronte negro se prolonga. Quedan 5.500.
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Luchando contra la extinción: el linaje del rinoceronte negro se prolonga. Quedan 5.500.
13/09/2018
Ha nacido un Diceros Bicornis en Australia, en el Taronga Western Plains Zoo y eso es motivo de alegría mundial. Además de su bello nacimiento, otra razón para la ceebrar consiste en que el Diceros Bicornis es un animal en peligro de extinción, principalmente, por la amenaza letal de la caza furtiva. Y es que el Diceros Bicornis es un rinoceronte. Un rinoceronte negro.
En este vídeo, el aún pequeño rinoceronte de unos 40 kilos se mueve aun manteniéndose siempre en la periferia de su madre, Bakhita, bajo su vista y control.
Este zoo tiene un plan de conservación y reproducción para impedir la extinción de esta especie y este baby rinoceronte negro es el segundo dado a luz en sus instalaciones en el 2017. Dos en un mismo año, es algo que les enorgullece y emociona. En el año 1994 integraron seis ejemplares y desde aquella fecha han nacido 14 en este lugar.
El gran símbolo de los rinocerontes de cualquier clase es a la vez su maldición: su cuerno. Desde Asia han puesto un alto precio a este fetiche y esto ha envalentonado a los cazadores furtivos en África. El cuerno del rinoceronte es buscado por dos grandes motivos desde Asia: uno, la mera y obscena presunción social. Proporciona un alto status, tener entre tus posesiones un cuerno extirpado. El otro motivo, es el de la mitología de la medicina tradicional. Creen que el cuerno de rinoceronte es un principio activo para la apetencia sexual. Sea cuál sea el fin del delito, el objeto se cotiza hasta a 65.000 dólares el kilo de cuerno.
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Bakhita y su rinoceronte negro. Taronga Western Plains Zoo
Imágenes como la tomada por el fotoperiodista Brent Stirton, que muestra el cadáver amputado de un rinoceronte, ayudan a la difusión de la idea de que hay que combatir al furtivismo en África. A Stirton, de paso, le supuso el premio Wildlife Photographer of the Year.
No solo el furtivismo es culpable de su paulatina extinción: la pérdida de hábitat por la expansión agrícola no sostenible ha ayudado a este lamentable efecto. Alguna vez hubo más de 800.000 ejemplares. Ahora hay alrededor de 5.500. La nota optimista la ofrece el hecho de que llegamos a descender a 2.400. Pero a pesar de esta pequeña recuperación, se han perdido varios linajes genéticos y eso hace que su adaptabilidad se debilite, lo cual colabora con la pérdida de hábitat en su riesgo de extinción.
Por eso, cada nacimiento es de vital importancia. Alegrémonos pues de que Bakhita ya no es solamente madre, sino abuela. Que prosiga el linaje.
Rinoceronte negro. Taronga Western Plains Zoo
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