Oh! Parece ser que estás usando adblocker. Puedes seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site.
Vídeo
Si aparecen indefinidas criaturas en tu cocina, súbelas a Facebook: eso hizo Tim Clerke.
Vídeo
Si aparecen indefinidas criaturas en tu cocina, súbelas a Facebook: eso hizo Tim Clerke.
13/02/2019
Puede que alguna vez en tu vida llegues a experimentar una situación en la que creas que alguna variante de cine de terror ha entrado en tu mundo cotidiano. No se trataría de vampiros, momias, asesinos en serie o criaturas de similar jaez. ¿Alienígenas? Podrías pensarlo. ¿Terrores desconocidos de la Naturaleza? ¿Mutaciones? ¿Degeneraciones radioactivas? Caliente, caliente…
Algo así le sucedió al ciudadano de Auckland (Nueva Zelanda), Tim Clerke. Una mañana como cualquier otro día, entró en su cocina. Y allí había algo. Algo pequeño, sí. Pero desagradable.
Desagradable no solo de aspecto. Desagradable también porque su mente no lograba situar -ni la nuestra tampoco- qué demonios eran esas ¿criaturas? que estaban tiradas en su suelo y que en el vídeo vemos en la palma de su mano. Porque reunió el valor de tocarlas.
Tan raros eran esos organismos que optó por subirlos a su Facebook en busca de ayuda para su identificación. Comenzaron a surgir las propuestas. ¿Patas de polilla? ¿Restos de algún pequeño roedor despedazado por un felino doméstico? ¿Rabos cortados? ¿Pero rabos de qué? Y… ¡espera! ¡Uno aún se mueve!
Desconcierto, asco, arcada. No solo por parte de Tim, sino de los miles que compartían y valoraban el vídeo. Por supuesto, la idea de que fuera un hoax, un vídeo falso, también se mencionó.
Con mayor profesionalidad y experiencia que los usuarios comunes de la citada Red Social, entró en juego el Equipo de Entomología y Bioseguridad de Nueva Zelanda. ¿Respuesta? No tienen respuesta. Al menos, carecen de certeza. El entomólogo Eric Edwards cree que son restos de syrphiade, que en latín suena muy bien. “Hoverfly” (o syrphidae) es una variante de himenóptero, cuya fase larvaria suele denominarse “gusanos de cola de ratón” (rat-tailed maggots).
¿Y qué sería, en concreto, lo hallado en el suelo de la cocina de Mr. Clerke? Se trataría de parte de su estructura, que se compone de un tubo que permite que la larva respire mientras se cría bajo el agua. Con ese rabo, pueden alcanzar hasta los 15 centímetros de longitud, aunque la media se quede en 2 ó 3 centímetros.
Clerke, sus lectores en Facebook y ahora nosotros, podemos compartir el desconcierto y la grima. Por mucho que sea un organismo o un resto de un organismo inocuo en un momento de su crecimiento natural, hemos de admitir que la sorpresa y el desconocimiento propician esa mezcla de miedo y asco.
Por otra parte, que nuestra mente científica se alegre, ya que el mundo sigue lleno de pequeñas sorpresas.
share