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Nadie sabía qué eran, pero los expertos descubrieron que no eran ni organismos naturales ni gomaespuma, ¿entonces?
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Nadie sabía qué eran, pero los expertos descubrieron que no eran ni organismos naturales ni gomaespuma, ¿entonces?
20/11/2018
Las playas del norte de Francia fueron invadidas por unas extrañas masas de esponja amarilla. Todavía nadie sabe qué son exactamente ni de dónde llegaron.
Empezaron a aparecer en la costa de Ópalo, región que confronta con los acantilados del sureste del Reino Unido, obligando a las autoridades francesas a emplearse a fondo para retirarlas.
Los expertos han descartado que se tratara de un material orgánico o espuma de poliuretano, más conocida por todos como gomaespuma. Al parecer, las bolas amorfas estaban compuestas por parafina, un derivado del petróleo sólido-translúcido que se utiliza frecuentemente en la fabricación de lápìces, aditivos alimenticios, velas o productos de cosmética.
Según Sea-Mer, una ONG cuyo objetivo principal es la lucha contra la contaminación en los litorales del país galo, la parafina fue vertida en estado líquido y se solidificó al entrar en contacto con el agua. Sostienen, además, que debió ser arrojada al agua por alguno de los 400 cargueros comerciales que atraviesan diariamente el Canal de la Mancha.
Por su parte, el gobierno local de Pas-de-Calais había dejado claro en un comunicado que las esponjas no suponían “ningún riesgo grave para la salud pública, la fauna o la flora”. No obstante, recomendaba “no tocar los gránulos”, que continuaban apareciendo día tras día en la zona afectada.
A pesar de que todo el mundo está flipando con la noticia, no es la primera ocasión en la que las costas francesas resultan anegadas de esponjas. El pasado noviembre, otra parafina solidificada de color rosa contaminó el litoral francés, y el pasado verano se vertieron casi tres toneladas de parafina blanca.
Este material, procedente de hidrocarburos, tarda cerca de 100 años en descomponerse, tal y como ha indicado la organización Nature Libre. Un dato que no hace sino aumentar la preocupación de la comunidad ecologista ante el incremento de este tipo de vertidos.
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