Oh! Parece ser que estás usando adblocker. Puedes seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site.
Vídeo
La sobreexplotación agraria y el abuso de plásticos no reciclables, llenan los cauces fluviales hoy vacíos, con trombas de agua que arrastran toneladas de resíduos
Vídeo
La sobreexplotación agraria y el abuso de plásticos no reciclables, llenan los cauces fluviales hoy vacíos, con trombas de agua que arrastran toneladas de resíduos
28/09/2018
El Poniente Almeriense es la zona sur de la provincia de Almería, España, que, ya desde hace algunas décadas, es conocido como "El Mar de Plástico" por la inmensidad de la superficie cubierta por invernaderos dedicados a la explotación agraria intensiva en aquella zona.
Se trata de su principal actividad económica y abastece no sólo a España sino a buena parte de Europa con frutas y verduras de alta calidad a precios asequibles, gracias en gran parte al excelente clima y la abundancia de sol de esta zona mediterránea. El apelativo de Mar de Plástico está muy extendido e incluso ha dado nombre a una conocida serie de televisión, sustituyendo en fama al desierto almeriense que en las décadas de los ciencuenta y sesenta se convirtieron en una especie de sucursal de Hollywood en Europa, donde se rodaban toda clase de superproducciones y también los más famosos spaghetti western de la historia con Clint Eastwood vestido con un poncho, barba de dos días y una mirada de odio apenas contenido.
Pero hoy, el desierto ha sido superado en fama por el mar de plástico y no siempre por buenos motivos. La sobreexplotación agraria no es sólo una fuente de empleo y riqueza para la zona. En el reverso de la moneda se encuentran todo tipo de problemas, desde la explotación laboral a la contaminación. Ha llegado a decirse que la Gran Muralla China y el mar de plástico son las únicas construcciones humanas visibles desde el espacio. Es, por supuesto, un bulo. Pero ayuda a hacerse a la idea de la extensión desmedida de los invernaderos en la zona.
Esta misma sobreexplotación ha llevado a problemas de gestión del agua, un recurso otrora abundante y hoy cada vez más escaso. Los ríos que una vez bajaron llenos de vida son hoy cauces secos y vacíos. A la tristeza misma de esta desaparición fluvial, se le suma el peligro que suponen estos cauces secos que, cuando se producen precipitaciones abundantes se llenan repentinamente arrastrando todo a su paso, como sucedió el pasado mes de agosto en que una repentina tormenta de apenas media hora colapsó por completo la zona, con corrientes de agua repentinas que arrastraban enormes cantidades de... plástico.
Toda clase de materiales plásticos no reciclables se desplazaron y acumularon en el entorno de los viejos ríos, toneladas y toneladas de cubos, cajas, lonas plásticas, envases...un espectáculo terrible que puso a la vista de todos lo que generalmente se disfraza de orden, rutina y puestos de trabajo que lo justifican casi todo: el uso y abuso de plásticos y de recursos naturales como el agua y la tierra.
Es comprensible que cuando una región encuentra un nicho económico que pone a tanta gente el pan encima de la mesa, lo defienda, lo expanda y pretenda mantenerlo. Pero es necesario reflexionar sobre la necesidad de que los modelos económicos sean compatibles con la sostenibilidad y el respeto a los derechos de todos y el legado que hemos de dejar a las siguientes generaciones.
share