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Tras dos años viviendo con su familia de acogida, esta pequeña recibió la mejor noticia de su vida: ¡ella y sus hermanos por fin habían sido adoptados!
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Tras dos años viviendo con su familia de acogida, esta pequeña recibió la mejor noticia de su vida: ¡ella y sus hermanos por fin habían sido adoptados!
30/11/2018
Las relaciones afectivas que creamos con nuestros principales cuidadores (madres, padres o tutores) afectan a nuestro desarrollo como infantes y posteriormente a nuestra personalidad como adultos.
De hecho, un estudio realizado en China ha demostrado que la ausencia de los padres afecta al desarrollo físico del cerebro de los niños y las niñas. Es decir, que aquellos infantes que crecieron sin la presencia cercana de sus cuidadores mostraron significativamente menor volumen de materia gris.
También se ha demostrado que en la edad adulta, aquellas personas que carecieron de afecto parental tienden a manifestar consecuencias emocionales como soledad, culpa, ira, dependencia afectiva o incluso desapego total hacia los otros.
Además, las relaciones interpersonales se dificultan por temor al abandono, la inseguridad y la falta de confianza que conlleva la ausencia de los padres en la infancia.
No es de extrañar, pues, que ser adoptada sea uno de los mejores momentos en la vida de un infante huérfano. Tal es el caso de Tannah Butterfield, la protagonista del vídeo que encabeza este artículo.
Las imágenes se grabaron en la oficina de la conserje de su escuela en Utah, a la que Tannah visita a diario.
Esta vez la pequeña Tannah, de sólo 11 años de edad, recibiría de su amiga adulta una de las mejores noticias de su vida: ¡ella y sus hermanos por fin habían sido adoptados por su familia de acogida!
Consciente de la relación de amistad entre la niña y la conserje, la madre de la familia, Jennifer Fisher, llamó al colegio para que la propia trabajadora le diese la buena noticia a su ahora hija adoptiva.
“Ella me pidió que me asegurara de contárselo a su niña cuando viniera al despacho para su visita diaria. Yo sabía que la niña lo querría saber inmediatamente, porque había estado muy preocupada” explicó la conserje, Jackie Alexander.
En el vídeo se puede observar la euforia con la que la pequeña responde a la noticia: abrazos, risas, lágrimas y entusiasmo. Por supuesto, la conserje comparte la euforia de la niña y no puede evitar abrazarla varias veces a lo largo del vídeo: "La pequeña me abrazaba con fuerza, cada vez con más fuerza".
La reacción de Tannah conmocionó a los Fisher, que se consideran una familia modesta: “Sólo queremos que nuestros hijos adoptivos se sientan realmente parte de la familia”.
La pequeña, por el contrario, opina que son la mejor familia del mundo: “Son cuidadosos, cariñosos, se ocupan muy bien de mí ¡Mi corazón es tan feliz!”.
La familia Fisher cuenta ya con dos hijos biológico y llevaban dos años acogiendo a Tannah y sus dos hermanos -Teagun de seis años y Tallie de dos años-. Tras largos meses de papeleo, la familia por fin había conseguido la autorización legal para adoptar a los tres hermanos.
Aunque los padres biológicos de Tannah y sus hermanos hayan dejado una marca en los corazones de los pequeños, esperemos que el amor de sus padres adoptivos sea capaz de curar cualquier herida.
Y ustedes ¿cómo piensan que la relación con sus padres les ha afectado en su desarrollo personal?
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