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Video: El tierno momento en el que una perra alimenta a un cabrito dándole el biberón

Sin que nadie la aleccionase a ello, el animal percibió la necesidad de la cría y cogió el biberón para alimentarlo

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Video: El tierno momento en el que una perra alimenta a un cabrito dándole el biberón

Sin que nadie la aleccionase a ello, el animal percibió la necesidad de la cría y cogió el biberón para alimentarlo

 

María L. Cid

09/10/2018

Por muchas divergencias que algunos malintencionados pretendan señalar entre especies o peor aún, entre etnias de una misma especie, como en el caso de los Humanos, existen unos mínimos en la Naturaleza que nos unen, nos vinculan y hacen que desarrollemos empatía por acciones realizadas por caballos, vacas, perros…

Perros, tantas veces los perros; nuestros asociados, compañeros desde hace 40.000 años atrás. Como escribió una vez el novelista y naturalista Gerard Durrell, “ninguna familia está completa sin un perro”.

Por eso este vídeo conmueve con suma facilidad: una perra llamada Mae, alimenta a un cachorro de cabrito -de nombre, Woody- sujetando con su boca un biberón de leche preparada para alimentar a este cachorro sin madre.

Un huérfano y una madre unidos, aunque sean de distintas especies,el instinto de protección y la leche como sustento primario de lo que es reconocido como una cría indefensa y necesitada de cuidado. Todo junto, condensado en ocho mágicos segundos que cuentan una breve historia, en apariencia, pero que tiene en sustrato toda otra narración, más amplia y profunda que nos atañe a todos en pliegues profundos de nuestra mente y -si crees en ello- de nuestro espíritu.

Y para los escépticos de esta clase de vídeos, a Mae no le pusieron el biberón en la boca: fue ella misma la que lo cogió, tendiéndolo al cabritillo, aproximándolo para saciar su necesidad de mamar. No hay nada preparado ni escenificado, porque no es necesario. Seguro que Mae hubiera preferido alimentar al cabrito con sus propias mamas , pero no todo está al alcance de nuestros deseos todo el tiempo. Hay historias de canes alimentando gatos e incluso leopardos, de yeguas alimentando perros,…

Y desde la fundación de Roma por una pareja de hermanos, Rómulo y Remo, amamantados por la mitológica Loba Capitolina, los humanos también hemos representado noticias pintorescas a manos (o a ubres) de otros mamíferos. Existen registros como los del asombroso rito de los ainus -un grupo étnico japonés- que procedían a alimentar crías de animales salvajes como los osos, en la creencia de que era un primer paso hasta su domesticación. Y ha habido recientemente casos polémicos, como el de la mujer que decidió amamantar a su perro, pero eso es otra historia, otras motivaciones, otra línea que nada tiene que ver con la generosidad natural que nos ocupa.

Este impulso que contemplamos entre Mae y Woody, define a los mamíferos superiores, toda una red de especies animales con las que compartimos vínculos primarios, provinientes de ascendientes comunes. Hijos de la madre Naturaleza con rasgos de supervivencia, procreación y cuidado y protección hacia los más pequeños. Así somos.

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