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Gracias a su instintiva coordinación colectiva, estas hormigas son capaces de crear una catenaria perfecta sin necesidad de que exista una autoridad al mando
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Gracias a su instintiva coordinación colectiva, estas hormigas son capaces de crear una catenaria perfecta sin necesidad de que exista una autoridad al mando
22/10/2018
Culturalmente se asocia la teoría de la evolución de Darwin con los conceptos de “competitividad” y “lucha” donde el más fuerte tiene más posibilidades de sobrevivir. Sin embargo, los descubrimientos de Charles Darwin también demostraron la importancia de otro aspecto básico de la evolución: la cooperación.
Este grado de cooperación es perfectamente visible en muchas especies, desde mamíferos como los delfines hasta insectos como las hormigas. Los individuos de estos grupos se organizan de manera milimétrica para alimentarse, defenderse o incluso atacar, como en el vídeo que encabeza este artículo.
Las imágenes, grabadas en Brasil, muestran como una enorme masa de hormigas forman una catenaria para llegar hasta un avispero que cuelga al otro lado del techo. Estos formícidos expolian todo lo que encuentran a su paso: huevos, crisálidas, larvas e incluso avispas vivas que no tuvieron tiempo de escapar.
La perfección arquitectónica de su catenaria es el resultado de la cooperación entre hormigas legionarias, es decir, un grupo formado por hormigas soldados y hormigas ingenieras.
Pero ¿por qué crear un puente colgante cuando podrían caminar por el techo en línea recta hasta el avispero? Según los biólogos, la respuesta es muy sencilla: las hormigas tienen ciertos problemas al caminar boca arriba, es decir, al revés.
Además, la formación de una catenaria es más efectiva para ellas a la hora de transportar su botín: las hormigas que van cargadas usan el carril central a una velocidad constante, mientras que las que van a por más pueden usar los demás lados para volver al avispero.
Sin embargo, lo más impresionante de esta perfecta cooperación es que no hay una hormiga arquitecta que decida dónde y cómo construir. Es decir, cada individuo sabe qué posición ocupar y qué papel representar sin que nadie se lo ordene.
De hecho, su algoritmo para crear puentes se basa en una norma bastante simple: cuando una hormiga camina por encima de otra, ésta se queda quieta. Mientras haya compañeras caminando sobre su cuerpo, la hormiga permanecerá inmóvil formando parte de la estructura.
Estructura volante formada por hormigas. Fotografía: Geoff Gallice
Sin embargo, las hormigas tienen en cuenta varios factores a la hora de aplicar esta simple norma, y sólo crean puentes si éstos realmente facilitan su tarea principal. Por ejemplo, en su misión de encontrar y transportar comida las hormigas se encuentran con un camino en forma de V.
Por un lado sería una pérdida de tiempo hacer el giro de 45º en cada ida y vuelta, pero por otro lado crear un puente en la parte donde la separación es más larga también supondría una importante pérdida de personal.
¿La solución? Crear un puente a media distancia, de manera que unas pocas hormigas pueden ahorrarle al resto tener que dar un giro demasiado pronunciado. Es decir, que las hormigas funcionan en términos de costo-beneficio ¡sin que ninguna de ellas esté al cargo de calcular los costes y los beneficios!
Y ustedes ¿cómo creen que los humanos podríamos aplicar la increíble cooperación de las hormigas en nuestras caóticas sociedades?
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