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El apabullante éxito de "Bohemian Rhapsody" tapa a títulos más reivindicativos y al sello de calidad de Netflix en la ceremonia de los Globos de Oro 2019
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El apabullante éxito de "Bohemian Rhapsody" tapa a títulos más reivindicativos y al sello de calidad de Netflix en la ceremonia de los Globos de Oro 2019
09/01/2019
Como perros de Pavlov ya estamos hechos leer “Globos de Oro” y repetir “antesala de los Oscars”. Por tópico que suene, esta entrega de premios suele dar pistas de por dónde van a ir los premios mayores.
Y nunca llueve a gusto de todos es otra frase común, pero que también se acomoda a los galardones de este nivel. Es imposible que el público y la prensa especializada estén siempre y mayoritariamente de acuerdo.
Y por ello el triunfo de "Bohemian Rhapsody", el biopic sobre Freddie Mercury y la banda musical que lideró, Queen, y que se ha convertido en un huracán en taquilla, a pesar de su éxito económico no logra convencer a todo el mundo.
Pero esto es algo habitual en los llamados “biopics” (contracción de biographical pictures). Son films que retratan una vida, pero que pueden caer fácilmente en la hagiografía, o sea en un retrato suavizado, limpio, sin relieves y en ocasiones, lo peor,:ternurista y falso. No siempre los fans quieren ver la realidad de sus mitos, sino su vida idealizada. Suele ser mejor para la taquilla.
No es que ese sea el caso de "Bohemian Rhapsody". Por otra parte, en nuestra época no se retratan como negativos, factores que en otras épocas se hubieran narrado en forma de errores morales o de personalidad. O se hubieran ocultado. Pero ese no es el caso del Freddie Mercury retratado por el brillante Rami Malek, recién importado de su exitosa serie de televisión “Mr. Robot”.
Algunos acusan al éxito "Bohemian Rhapsody" de ocultar la importante presencia este año de films con preponderancia de actores y temática afroamericana: desde el retorno del eterno combatiente Spike Lee con su “Infiltrado en el KKKlan” hasta la marveliana “Black Panther”. El otro gran reproche a la película sobre Queen es que fue un proyecto en gran medida erigido por un exitoso director, hoy caído en desgracia por el #MeToo. Sobre Bryan Singer sigue pesando una acusación de abusos sexuales sobre un menor.
No es la única polémica de estos premios: el cambio en la distribución mundial de cine con la eclosión de Netflix estaba presente. Esta compañía intenta adquirir marchamo de calidad y “Roma” de Alfonso Cuarón está contribuyendo a dárselo. El cine cada vez es más cine en tu casa, en tu propio salón.
Otro gran tema de debate bajo la piel de los premios fue el movimiento #TimesUp, la idea de que haya equidad de presencia femenina en los equipos técnicos y artísticos de producción audiovisual. De las 10 películas nominadas a mejor obra, ninguna estaba dirigida por una mujer. La primera en reclamar esta mejora fue la actriz Regina King al reclamar su premio por “El Blues de Bale Street”. No estuvo sola, el más destacado -o importante por la relevancia de la estrella- discurso reivindicativo feminista, vino de la voz de Glenn Close, mientras recogía su tercer Globo de Oro.
Para relajarse, hubo un par de discursos con su gramo de locura: desde Christian Bale agradeciendo a Satán, a Olivia Colman refiriéndose a las actrices Emma Stone y Rachel Weisz como “sus perritas” (bitches) en virtud de sus relaciones en el film “La Favorita”.
Como los Globos de Oro son tan televisivos como cinematográficos, la entrega de un premio a la serie ya cerrada de “The Americans” puso un justo broche dorado a una de las series más valoradas por la crítica, pero, paradójicamente, mucho menos por los premios oficiales. Resaltable es también el premio a la telecomedia “El Método Kominsky” ya que, puesto a hablar de sectores faltos de atención en la ficción televisiva, es de aplaudir el éxito de una ácida telecomedia protagonizada por personas en la llamada “tercera edad”.
Las siglas que para muchos significan hoy “Televisión” con mayúscula, las de la productora HBO, se quedó con pocos y menores galardones. Su gran apuesta, "Sharp Objects" no satisfizo sus aspiraciones. Puede que el año que viene, con la clausura de la teleserie “Juego de Tronos”, la cosecha crezca en agradecimiento a los servicios prestados todos estos años que la violenta serie se ha mantenido como una de las favoritas del público.
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