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Antes de desaparecer, el telescopio espacial Kepler consigue recoger las espectaculares imágenes de una supernova a 1300 millones de años luz de la Tierra. Con estas imágenes, la NASA recreó cómo fue la explosión en esta animación.
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Antes de desaparecer, el telescopio espacial Kepler consigue recoger las espectaculares imágenes de una supernova a 1300 millones de años luz de la Tierra. Con estas imágenes, la NASA recreó cómo fue la explosión en esta animación.
02/05/2018
Con las imágenes recogidas por el telescopio Kepler, la NASA recreó cómo fue la explosión en esta animación.
El telescopio Espacial Kepler ha pasado recientemente a la historia, tras haber sobrevivido muchos más años que aquellos para los que estaba programado, enfrentando y superando durante sus nueve años de vida todo tipo de fallos mecánticos y rayos cósmicos. Bautizado en honor al astrónomo y matemático Johannes Kepler (1571-1630), el observatorio espacial ha explorado el espacio como parte del programa Discovery de la NASA y rastreado en busca de planetas extrasolares, de los cuales ha localizado 2740 candidatos. Más de 100 ya han sido confirmados en unos setenta sistemas estelares.
Uno de sus últimos servicios fue esta grabación de la muerte de una estrella. Unas imágenes espectaculares de una supernova a 1300 millones de años luz de la Tierra que, hace millones de años explotó dejando su rastro para que nuestros sistemas de observación lo captasen en 2012. La NASA creó, a partir de esas imágenes, una simulación de cómo fue la muerte de este cuerpo celeste. En las imágenes la estrella anaranjada primero expande una corona de luz rojiza como una gigantesca aurora boreal, luego el núcleo adquiere brillo y crece en intensidad, y pasa de la incandescencia dorada a un blanco radiante. De pronto eclosiona y la explosión lanza un aura ahora blanca que refulge en una claridad nuclear blanca y azul.
No es necesario ser astrónomo para dejarse llevar por la magia de este momento increíble, pero los técnicos especialistas se han encontrado con alguna sorpresa, ya que esta explosión se ha producido diez veces más rápido que el colapso de una supernova común; una nueva pista acerca de cómo se forma la materia y la expansión de nuestro Universo. El investigador de la Universidad Nacional de Australia Brad Tucker ha manifestado que “cuando vi por primera vez los datos de kepler y me di cuenta de lo poco que había durado el evento, me quedé boquiabierto”.
Los datos han podido ser analizados gracias a un tipo de software especial que permite rastrear y entender este tipo de explosiones cósmicas que fue ideado por los astrónomos Ed Shaya y Robert Olling de la Universidad de Maryland.
El Kepler ha sido determinante para grandes avances en la exploración espacial. “Fue diseñado para hacer algo especialmente bien, buscar y encontrar planetas alrededor de otras estrellas. Para ello tiene que entregar datos de alta precisión de forma continua, lo que ha sido valioso para otras áreas de la astronomía”, ha manifestado Jessi Dotson, una de las científicas del proyecto que ha venido desarrollando su trabajo en el Centro de Investigación Ames en Silicon Valley.
Ahora que el Kepler ha dejado de funcionar, lejos de dar los programas de exploración por terminados, se está iniciando una nueva era dorada y pronto los avances darán pasos de gigante. De momento, la NASA acaba de lanzar a la siguiente generación de exploradores la misión TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) que despegó a las 00.51 horas de Cabo Cañaveral en Florida, el pasado 19 de abril en un flamante Falcon 9 de la Compañía Space X de Elon Musk y que, a buen seguro, en los tiempos que han de venir realizará nuevos y apasionantes descubrimientos.
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