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Esto niño juega con una enorme pitón como si fuera un peluche

Las serpientes no son animales precisamente sociales, y por eso la pitón trata de huir del niño que la atosiga

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Esto niño juega con una enorme pitón como si fuera un peluche

Las serpientes no son animales precisamente sociales, y por eso la pitón trata de huir del niño que la atosiga

 

Rocio Barquilla

14/09/2018

Normalmente tememos que una serpiente nos muerda y nos infecte con su veneno mortal. Sin embargo, no todas las serpientes son venenosas. Otras especies llamadas “constrictoras” hacen uso de la fuerza de sus sinuosos cuerpos para atrapar a sus víctimas y asfixiarlas.

De hecho, muchas de las serpientes que retenemos en el imaginario popular son constructoras: la anaconda verde, la boa arcoíris, la boa constrictor o las pitones.

Éstas últimas pertenecen a una familia de serpientes exclusivamente constrictoras que habitan en las zonas tropicales de África y Asia. El diseño de su piel depende íntegramente de la zona en la que viven, pues las ayuda a camuflarse para emboscar a sus presas.

Normalmente suelen medir de 1 a 6 metros y son conocidas por emboscar animales de todos los tamaños: desde conejos a gacelas. Como el resto de las serpientes, las pitones engullen por completo a sus presas y dependiendo del tamaño pueden tardar semanas o incluso meses en digerirlas.

Phyton mollurus bivittatus, en Lanzarote. Fotografía: Lmbuga

Aunque nos parezca que las serpientes venenosas son más dañinas que las constrictoras, las pitones son una de las especies más peligrosas del mundo.

Afortunadamente, los humanos no formamos parte de sus presas predilectas, por lo que sólo sería probable que nos atacasen si las provocamos o si están asustadas. Sin embargo, los humanos sí que suponemos un peligro real para las pitones pues la caza ha llevado algunas especies al borde de la extinción.

LA PITÓN COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA

Aunque a muchas personas les parezca fascinante la idea de tener un reptil de seis metros en su casa, las pitones son animales delicados que requieren de cuidados muy específicos.

Pitón caramelo de Birmania. Fotografía: Mark J Andrews II

Para empezar, cualquier problema con su “hábitat doméstico” puede resultar fatal para este gran reptil. Su terrario debe ser lo suficientemente espacioso para que haya zonas de calor, frío y áreas templadas, pero con una humedad constante.

Aunque la alimentación de las pitones no es especialmente complicada, la burocracia para tener una en casa sí lo es. Además de tener una licencia especial de animales peligrosos, deberás contar con un seguro de responsabilidad civil que cubra cualquier incidente que tu pitón pueda causar.

Y aunque las pitones no son específicamente peligrosas para el ser humano, no son extrañas las historias de familias que han perdido a otros animales de compañía o incluso a niños pequeños.

Por eso el vídeo que encabeza este artículo es escalofriante. Las imágenes se grabaron en Indonesia y en ellas podemos ver como un niño de muy corta edad juega con una pitón como si se tratara de un peluche.

Aunque nos preocupe la seguridad del niño que aparece en el vídeo, también es importante entender la situación en la que se encuentra la pitón. Socializar no forma parte de la naturaleza de las serpientes, por eso podemos observar como la pitón repta lejos del niño.

La caza de serpientes para comercializar su piel o su sangre, la sobreexplotación de sus hábitats naturales y su cautiverio como animales de compañía son conductas que debemos condenar como sociedad. Todos los animales merecen ser respetados y vivir en libertad.

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