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Este ex-millonario lleva 20 años habitando una isla desierta y así es como vive

Este hombre llegó a ser extremadamente poderoso, pero se cansó de ese estilo de vida y decidió abandonar la civilización.

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Este ex-millonario lleva 20 años habitando una isla desierta y así es como vive

Este hombre llegó a ser extremadamente poderoso, pero se cansó de ese estilo de vida y decidió abandonar la civilización.

 

Maria Palos

16/11/2018

Seguramente se te ha pasado por la cabeza alguna vez aquello de ‘voy a dejarlo todo y a cambiar drásticamente de vida’. Pues eso precisamente es lo que hizo el multimillonario David Glasheen hace unos años, dejando atrás toda su fortuna y sus beneficios para vivir en una isla desierta en la que aún se encuentra.

Este millonario de origen irlandés y residente en Sydney, Australia, llegó a tener en su poder la escalofriante cifra de 25 millones de euros, pero decidió dejar su millonaria minería de oro en Papúa Nueva Guinea para iniciar una nueva vida alejado de todos aquellos excesos, con la única compañía de su perro. Antes de eso, a finales de la década de los 80, llegó a ser considerado uno de los mayores cracks búrsatiles que todavía se recuerdan.

Según él mismo explica, con 74 años que tiene ahora, en aquel momento su vida se convirtió en una auténtica pesadilla hasta que un viaje al nordeste de Australia le cambió la vida.

El viaje en cuestión tuvo lugar en una isla llamada Restauration Island, un lugar de 30 hectáreas de superficie completamente deshabitado, que desde 1989 era considerado un parque nacional hasta que la organización del lugar accedió a venderle 1,54 hectáreas de la misma, con la única condición de pagar 14.000 euros al año y de ser el responsable de construir ciertas instalaciones para los visitantes que desearan acercarse hasta allí.

Tras tres años de convivencia con su novia (que terminó dejándole allí al no poder soportar tal nivel de aislamiento de la civilización), Glasheen convive con la única compañía de su perro Quasi, abandonando la isla solamente una vez al año y con el único contacto ocasional de los multimillonarios que, de tanto en cuanto, se acercan hasta allí con sus yates.

Aunque para muchos Glasheen vive como un auténtico náufrago, lo cierto es que el ex multimillonario ha acondicionado el lugar y vive con las condiciones básicas de cualquier ser humano en el siglo XXI: varias placas solares le permiten disfrutar de energía eléctrica e incluso de Internet, gracias al cual ha iniciado una campaña para encontrar pareja con la que compartir el lugar (y su vida) hasta el fin de sus días.

"Es un lugar fabuloso, soy una persona afortunada por estar aquí", contó al diario Telegraph. "He aprendido muchas cosas. Empecé a valorar lo que es realmente importante. Confianza, honestidad, respeto: cosas simple. He aprenddio que puedes hacer cosas con muy poco. Rápidamente aprendes para sobrevivir. Si no lo haces, mueres rápido".

Las malas noticias para él, sin embargo, son que la organización que le gestiona el alquiler podría haber decidido echarle. Y es que a pesar de haber cumplido con su renta cada año, Glasheen no habría construido las instalaciones turísticas acordadas. Al parecer, intentando preservar la zona y no convirtiéndola en una explotación turística.

Aunque pueda parecer inverosímil, Glasheen no es el único que ha optado voluntariamente por este estilo de vida. Otro de los ejemplos más mediáticos es sin duda el del japonés Masafumi Nagasaki, conocido por llevar más de 30 años viviendo completamente desnudo en una de las pocas islas que permanecen desiertas en el archipiélago de Okinawa, Japón. Con 82 años, el hombre ha decidido que ese es el mejor lugar donde poner fin a su existencia: ‘no hay mejor lugar en el mundo para morir’, ha declarado.

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