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El mamífero tenía clavado un gran anzuelo y enredada la aleta y se acercó al humano para que le liberase
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El mamífero tenía clavado un gran anzuelo y enredada la aleta y se acercó al humano para que le liberase
19/06/2018
La especie humana es la única dotada con una inteligencia y una conciencia que la hacen tenerse por superior. Lo que no tiene siempre claro, es que esa superioridad, si es que existe, ha de ser demostrada con gestos contundentes e inequívocos. Algunos de esos mejores gestos, de los que mejor hablan de nosotros, se basan en la generosidad, la solidaridad, la empatía con el otro, e incluso la piedad cuando hay que ofrecer ayuda en una situación de necesidad.
En este vídeo podemos contemplar uno de esos momentos, una petición por parte de un noble animal y la respuesta -adecuada, afortunadamente en este caso- por parte del humano que es requerido.
Un delfín, que no olvidemos que es un mamífero y una de las especies que los estudios e investigaciones van demostrando como uno de los animales más inteligentes que pueblan el medio marino, sufre por un anzuelo con sedal clavado en su carne, en la zona de una aleta y pecho. Aparte del dolor que podemos suponerle, obviamente también limita sus movimientos, afecta a su salud, a su capacidad para cazar y para no ser cazado.
El buzo se llama Keller Laros y podemos considerarle afortunado porque ha sido elegido por este delfín kona y porque ha sabido estar a la altura y responder; ha sentido en primera persona lo que es establecer una inequívoca comunicación interespecie. Probablemente, Keller ya sea de por sí, perceptivo. Una de las grandes devociones de este experto submarinista es el cuidado y protección de una especie de pez cuya principal característica es su enorme cerebro, las mantarrayas .
Pero en el vídeo, el protagonista es este delfín kona, habitante de los cálidos mares hawaianos, y que no dudó en acercarse al humano en busca de ayuda. Además el animal se mantuvo calmo y tranquilo mientras Laros cortaba el sedal, extraía el anzuelo y dejaba al delfín listo para que el mar termine de curarlo.
La viralización de este vídeo es lógica porque a cualquiera nos gusta identificarnos con esta experiencia de confianza mutua, pero esperamos que también sirva para ayudar en la concienciación del daño que estamos haciendo al medio acuático. El uso y abuso de plásticos, la degradación aún pasiva que provocamos en el medio ambiente y con especial saturación en el medio marino, nos señalan como una plaga para otras especies y el propio ecosistema. Los datos que nos indican que pronto habrá más plásticos que peces en el mar, debieran hacernos avergonzar profundamente como especie.
Además no debemos olvidar cuántas veces han sido ellos, los delfines, los que han ayudado a los humanos, a barcos extraviados, a náufragos. Pero aunque no fuera así, sólo estamos de paso por este maravilloso planeta y, en el proceso, nuestro legado no debiera ser la destrucción y la basura. Del encuentro de este herido delfín y Keller Laros podemos aprender cómo los humanos sabemos desplegar nuestras bondades cuando somos requeridos sólo porque sí, porque es lo correcto, porque es nuestra obligación.
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