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La cabeza del osezno queda atrapada en un cubo de plástico y la comunidad se une para salvarlo, pero los métodos usados podrían calificar como violencia animal.
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La cabeza del osezno queda atrapada en un cubo de plástico y la comunidad se une para salvarlo, pero los métodos usados podrían calificar como violencia animal.
29/08/2018
Un osezno deambulaba con un cubo de plástico atascado en la cabeza en la orilla del río Batang en el municipio de Yushú, al sur de la provincia de Qinghai en la República Popular China, a mediados de julio de este año. Habitantes de esa localidad advirtieron lo que sucedía y acudieron a su rescate. Sin embargo, las maneras de hacerlo prácticamente rozan en maltrato animal. El vídeo de lo sucedido se publicó en Internet y, aunque tiene final feliz, suscitó muchas críticas.
Las personas que se organizaron para desatascar al osezno lo ataron por cada pata y lo suspendieron en la parte interna de un camión para tratar de arrancar a la fuerza el cubo. Sí, como lo ves en el vídeo, el animal pareciera estar listo para ser torturado. Ciertamente, las garras de los osos son muy peligrosas y hay que protegerse de cualquier ataque. El intento no fue exitoso, así que, procedieron a atar una cuerda al cubo para poder tirar desde el interior del camión y que el peso del osezno hiciera su trabajo.
Otro osezno víctima de los desechos plásticos
Finalmente, lo logran. El animal cae al suelo, libre del cubo en su cabeza, y corre despavorido lo más lejos posible mientras las personas que presenciaron todo el rescate gritan emocionadas de alegría. Sin embargo, esto es culpa de ellos. El osezno buscaba comida en el río y terminó atascado en el cubo amarillo, un objeto que jamás debió estar en el agua y solo pudo llegar allí por descuido de los humanos y el uso indiscriminado de plástico; pudo morir ahogado, asfixiado, de inanición o con hipotermia si nadie lo hubiera ayudado.
Que este desafortunado rescate sirva para pensar un poco más sobre cómo nuestras acciones están afectando a los animales, no nos ha bastado con conquistar sus espacios, con acabar con su ecosistema por ambiciones económicas, sino que también llenamos el mundo de trampas peligrosas. Ellos no saben cómo protegerse de estas amenazas, no las conocen porque no son naturales. En el mar, por ejemplo, los peces y otras criaturas confunden las bolsas plásticas que caen con medusas, ingieren lo que creen que pudiera ser comida, y terminan atrapados o mueren.
Es más común de lo que creemos
La organización Greenpeace nos aconseja sobre lo que podemos hacer para evitar que el plástico siga aglomerándose en el fondo del agua, es reducir la cantidad de objetos plásticos que usamos en nuestra vida diaria y buscar alternativas sustentables para el planeta. Reutilizar todo lo que podamos y no desecharlo tras un solo uso, por ejemplo. Y, por último, prestarle atención cómo nos deshacemos de los desechos plásticos sin contaminar.
Haz la prueba, empieza hoy a fijarte en cada cosa que usas y verás que hay muchísimo plástico, sin mencionar el que no vemos y que se encuentra en partículas microscópicas en nuestros productos de belleza, higiene personal y limpieza. Hoy mismo puedes seguir el protocolo de reducir, reusar y reciclar y causar un impacto positivo en el planeta Tierra.
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