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Pocas veces tenemos la oportunidad de contemplar animales marinos exóticos, pero cuando se dejan ver nos obsequian una experiencia increíble.
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Pocas veces tenemos la oportunidad de contemplar animales marinos exóticos, pero cuando se dejan ver nos obsequian una experiencia increíble.
23/08/2018
Lo más común es ver estrellas de mar con cinco brazos —de hecho, por esa característica es que se llaman como se llaman—, pero hay más de 2.000 especies en el océano y algunas tienen muchas más extremidades, hasta cuarenta, se asegura en National Geographic.
Esta que ves en el vídeo es una prueba, tiene nueve brazos largos y puntiagudos, se llama Luidia senegalensis. Se trata de una especie tropical de estrella marina que habita al oeste del Océano Atlántico y fue captada por un cineasta en el banco de arena de Jupiter Island, en el estado de la Florida (Estados Unidos), cuando esta caminaba lentamente de regreso al mar. Sí, has leído bien, ¡caminando! Aunque, a diferencia de otros tipos, este no tiene ventosas en sus extremidades, sino espinas.
Las estrellas de mar no tienen cerebro ni tienen sangre, su interior está compuesto de agua de mar filtrada. Sus brazos le sirven para capturar, ahogar y abrir sus presas (moluscos, crustáceos y gusanos) que engullen a través del único orificio que tienen en el centro de su cuerpo, por donde también expulsan los desechos, o algunas usan sus brazos también para tragar. Al final de cada extremidad tienen un ojo, pueden mirar desde cualquier ángulo, pero no son capaces de distinguir colores.
Sobre la manera de andar, el biólogo Henry Astley de la Universidad de Brown ha dicho que muy a pesar de lo que podamos percibir, los equidermos y los humanos nos movemos bastante parecido porque es de forma coordinada. La cabeza es la que indica hacia dónde se moverá el cuerpo y hacia allá se impulsará, aunque lentamente.
En el mundo marino, saben muy bien cómo defenderse de sus depredadores, se camuflan, pero fuera de su hábitat, no. Se ponen sumamente nerviosas cuando los humanos las tocamos o agarramos con nuestras manos. Es muy popular ver fotos de turistas en el mar cristalino y azul con alguna estrella marina en sus manos posando. Aunque no lo parezca, el animal está sufriendo. Así que, con la naturaleza, lo mismo que con nuestros semejantes: respeto ante todo.
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