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Esta falta de pigmentación se debe a una rara condición genética llamada leucismo
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Esta falta de pigmentación se debe a una rara condición genética llamada leucismo
10/10/2018
Como la mayoría de las especies que habitan este planeta, las jirafas también sufren la pérdida de sus hábitats como consecuencia de la deforestación, la agricultura, la explotación de recursos o los conflictos armados.
Además, la caza furtiva sigue siendo una gran amenaza para las jirafas pues el mercado demanda su carne para comer, su pelo para hilo y su piel para fabricar escudos, sandalias, ropas y diversos instrumentos musicales. Algunos curanderos también utilizan el humo que surge al quemar la piel de estos animales para tratar diversas afecciones como las hemorragias o los problemas de médula ósea.
Por si no fuera suficiente, desde el siglo XIX está de moda la caza deportiva de jirafas, algo que gracias a la concienciación animalista ha creado polémica en las redes sociales en los últimos años.
En consecuencia, las jirafas se han convertido en una “especie vulnerable” según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). En tres décadas la población de jirafas se ha reducido en un 40% y hoy quedan menos de 100.000 jirafas en todo el mundo. Aunque algunas poblaciones de jirafas se mantienen estables, los expertos del Servicio de Vida Salvaje de Kenia advierten que la tendencia general es la reducción del número de ejemplares.
Jirafas en la Reserva de Ithala Game, en Sudáfrica. Fotografía: Luca Galuzzi
Dentro de este reducido número de jirafas, existe un colectivo incluso más amenazado por su rareza: las jirafas blancas. Aunque el pelaje característico de estos animales es marrón y amarillo, existe una condición genética llamada leucismo que destruye los pigmentos de la piel o las plumas.
A diferencia de los animales albinos, los tejidos blandos de los animales con leucismo siguen produciendo pigmentos de color, como los ojos de estas jirafas blancas.
En el vídeo que encabeza este artículo se puede observar una jirafa blanca y su cría. Las imágenes fueron grabadas en Kenia por un aldeano local que quedó perplejo al ver por primera vez en su vida a una jirafa sin color. No es de extrañar que este señor quedase asombrado, pues hasta ahora sólo se han avistado jirafas blancas en tres ocasiones ¡Menuda suerte!
"Estaban tan cerca y tan calmadas. No parecía que nuestra presencia les molestara. La madre caminaba a unos metros de nosotros mientras indicaba a su bebé que se escondiera detrás de los arbustos" comentó el aldeano al Programa de Conservación Hirola (HCP).
Gracias a estas impresionantes imágenes de una jirafa blanca y su cría somos capaces de recordar que muchas especies necesitan nuestra ayuda. Además de condenar la caza furtiva y deportiva ¿qué piensan ustedes que pueden hacer para proteger a las jirafas?
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