¿De qué clase de material están hechas las madres? Y muy particularmente, ¿de qué clase de material están hechas aquellas madres que -como la de este vídeo- han de lidiar, apaciguar, satisfacer las necesidades y cuidar de unos trillizos, más otro hijo al que se hace raro aplicarle el calificativo de “mayor”, cuando tiene quizá un año más?

¿Cuántas manos se necesitarían tener? ¿Y cuántos ojos, para evitar que estas criaturas que parecen tener el plan oculto de enloquecer a su mami, son necesarios para evitar que caigan de la cama y se lastimen?

Hay que echarle humor, valor y paciencia. Y la virtud de la perseverancia. Un don casi fronterizo con las habilidades del malabarista, para mantener todo bajo control. La consigna fundamental es “que ninguno se extravíe, que ninguno se haga daño”

Las imágenes tienen algo de coreografía, de danza estudiada, de ejercicio de un Nureyev de guardería o de Margot Fontaine al frente de un kindergarten. El vídeo utiliza la cámara rápida y una música de jazz burlón que recuerda a aquellas cortas películas primerizas de Charles Chaplin o Buster Keaton, aquellas comedias en las que policías con bombín y mostacho que caminaban como patos perseguían al protagonista agitando sus porras a una velocidad acelerada, y aquellos episodios burdos, locos y divertidos del Benny Hill de los setenta.

Lo cual está muy bien y nos impulsa a mirar todo con una sonrisa en los labios. Otro gallo nos cantaría que estar ahí, en su lugar, limpiando, poniendo pijamas y -¿por qué no decirlo?- tolerando además las bromas del pequeño "líder" de la banda, que parece tenerle pillado el truco a la mamma.

Incluso la mascota de la casa permanece medio escondida, como si pensara: “estos no son mis cachorros, ya te arreglarás”.

Bromas y sonrisas aparte, no cabe duda de que ante el problema demográfico de una parte de Occidente, las familias numerosas precisan un mayor grado de atención, y facilidades. Afortunadamente, en varios países existen ayudas, incluso específicas destinadas a los casos de partos múltiples; y hay tiempos marcados de excedencias por maternidad o paternidad, y empresas y mercados que hacen ofertas y descuentos especiales que alivian la carga financiera, si no la de esfuerzo personal. Pero hay situaciones en que toda ayuda es poca. La ligereza y humor escondidos en vídeos como éste y en hashtags como #babygang no deben distraernos de reconocer las dificultades y el enorme mérito que padres y madres como ésta tienen que ejercer todos los días. Estos niños tienen la vida por delante y están a tope de energía. Y papá y mamá están a su lado, las veinticuatro horas, siete días a la semana, hasta que sean adultos.