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En este vídeo, un pollito confunde a un gato doméstico con su madre y trata de seguirlo por un pasillo; pero la reacción del felino te sorprenderá.
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En este vídeo, un pollito confunde a un gato doméstico con su madre y trata de seguirlo por un pasillo; pero la reacción del felino te sorprenderá.
04/06/2018
Los animales no dejan de alegrarnos el día con sus travesuras, andanzas y comportamientos extravagantes. Hace poco te mostrábamos el caso de un perro que había adoptado a nueve crías de pato, que le trataban como a su madre. En esta ocasión, aunque la situación es similar, el resultado es bastante más cómico.
En el vídeo, podemos observar a un pollito que parece haber confundido a un gato con su madre. A pesar de las obvias diferencias entre las dos especies, la cría no se da cuenta de ellas y sigue al felino por un pasillo de manera incansable. Sin embargo, parece que la relación no está destinada a prosperar.
Y es que el gato, obviamente inseguro sobre lo que debe hacer, sale corriendo cuando el pollito se le acerca demasiado. Casi puede leerse en sus movimientos el miedo ante el pequeño animal, algo curioso si tenemos en cuenta que los felinos se alimentan de aves en el mundo natural.
¿Cómo se pueden explicar estas imágenes, que recogen un comportamiento aparentemente inusual de ambos animales? La forma de actuar del pollo es, de las dos, la más sencilla de comprender. Estas aves tienen un instinto conocido como imprimación, que les impulsa a seguir al primer ser vivo que ven al nacer como si fuese su madre.
El instinto está diseñado para darles las mayores posibilidades de sobrevivir en la naturaleza, ya que en este entorno es altamente probable que su madre sea efectivamente el primer animal con el que se crucen. Sin embargo, en un entorno artificial, la imprimación puede dar lugar a comportamientos muy poco adaptativos para los pollitos, pero muy graciosos para nosotros.
El gato, por otra parte, tampoco se comporta de una manera especialmente extraña si entendemos el efecto que tiene la domesticación sobre estos animales. A pesar de que los felinos son, en su origen, cazadores, miles de años en convivencia con los humanos han atrofiado los instintos de los gatos.
Y es que, al igual que los perros, los felinos domésticos poco tienen que ver hoy en día con sus antepasados salvajes. En lugar de ser cazadores, se alimentan a partir de un bol de comida, hacen sus necesidades en un arenero, y viven toda su vida confinados entre cuatro paredes.
Además, aunque existen variaciones individuales entre diferentes gatos, la mayoría de ellos son castigados o regañados si alguna vez cazan a otro animal. Los dueños, al ver que su mascota ha matado a un pájaro o a un ratón, se enfadan o asustan, sin darse cuenta de que esta acción está en el instinto del animal. Por ello, los felinos domésticos aprenden rápido a reprimir este tipo de impulsos.
Así, la acción del ser humano sobre la naturaleza puede llevar a dos animales tan distintos y normalmente enfrentados a convivir de manera pacífica bajo un mismo techo. Incluso, pueden surgir situaciones como la del vídeo, que serían impensables en el mundo salvaje.
Pero, ¿hasta qué puntos son buenos estos cambios? En el caso de este gato y este pollito, parecen inofensivos; pero sin duda, es necesario que reflexionemos más sobre los efectos que provocamos en nuestras mascotas con la manera en la que las tratamos.
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