Bioguía utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left

Vídeo

La increíble lucha entre una medusa gigante y una tortuga marina en 120 segundos

Las imágenes fueron grabadas por un biólogo australiano mientras buceaba en la costa de Hook Island

Vídeo

La increíble lucha entre una medusa gigante y una tortuga marina en 120 segundos

Las imágenes fueron grabadas por un biólogo australiano mientras buceaba en la costa de Hook Island

 

Rocio Barquilla

15/02/2019

En la Antigua China durante la dinastía Shang (XVII-XI a.C.), los oráculos utilizaban caparazones de tortuga para rituales adivinatorios.

Después de limpiarlos, pulirlos y agujerearlos, el oráculo escribía su nombre, la fecha y una pregunta a responder. Acto seguido se calentaba el caparazón hasta que se resquebrajase en grietas que comunicaban la respuesta de los dioses.

No es casualidad que los oráculos chinos usasen caparazones de tortuga, ya que este animal es considerado un símbolo de sabiduría, buena suerte y longevidad.

Además, en la cultura asiática y nativo-americana la tortuga es un animal que forma parte de la creación del mundo, la vida o incluso la muerte.

Por ejemplo, en la mitología hindú se creer que el mundo descansa sobre las espaldas de cuatro elefantes que a su vez descansan sobre el caparazón de una tortuga. Algo parecido a la tradición Mohawk, donde se piensa que los terremotos surgen cuando la gran tortuga que lleva el mundo estira su cuerpo.

Independientemente de la imagen mitológica, lo cierto es que las tortugas son animales fascinantes. Al igual que otros reptiles, su actividad metabólica depende de la temperatura externa. Por eso se las puede ver tomando el sol al unísono con el cuello bien estirado.

Las tortugas tienen un esqueleto interno (endoesqueleto) como otros reptiles, pero también un esqueleto externo (exoesqueleto) que es el caparazón. Aunque no lo podamos ver, ambos esqueletos están unidos por la columna vertebral.

La estructura, forma y color del caparazón varía según la especie, pero en todos los casos sus caparazones son sensibles al tacto. Es decir ¡que una tortuga puede sentir cuando la acaricias!

La cultura popular tiende a presentarnos a las tortugas como animales pacientes, tolerantes, sabios y con muy buena onda. Y aunque la mayoría de las especies terrestres son vegetarianas, las tortugas marinas pueden aprovechar todo lo que encuentran bajo el mar: corales, algas, moluscos… o incluso medusas.

El vídeo que abre este artículo nos muestra a una tortuga marina atacando a una medusa Melena de León bastante grande. Además de pegar bocados, el reptil utiliza sus aletas con maestría mientras la pobre medusa no sabe cómo responder.

Las imágenes fueron grabadas por el biólogo marino Johnny Gaskell mientras buceaba con un amigo en Hook Island, en la costa noroeste de Australia. Aunque no es la primera vez que estos dos hombre ven a una tortuga comerse a una medusa, esta vez quisieron grabarlo porque las imágenes les impactaron.

“Nunca había visto a una tortuga comerse a una medusa tan grande en tan poco tiempo”

Johnny Gaskell

Desgraciadamente varias especies de tortugas marinas se encuentran bajo amenaza y algunas incluso ya se han extinguido. Además de poner menos huevos por naturaleza, las tortugas marinas sufren la contaminación de los océanos, la caza furtiva, la explotación pesquera, la construcción de infraestructuras petroleras, etc.

Es fundamental apoyar a organizaciones que protegen la fauna marina, pero también puedes ayudar a las tortugas realizando acciones tan sencillas como apagar las luces que se ven desde la playa o reducir el consumo de plástico.

Tortuga verde en Kona, Hawaii. Fotografía: BrockenInaGlory

Y ustedes ¿alguna vez se han encontrado con una tortuga en sus vidas?

share