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Un pequeño héroe de 4 años combate la pobreza con su corazón

Austin Perine, un pequeño héroe de sólo cuatro años, es el mejor ejemplo de que la solidaridad y la compasión no entienden de edad, etnia, género u origen.

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Un pequeño héroe de 4 años combate la pobreza con su corazón

Austin Perine, un pequeño héroe de sólo cuatro años, es el mejor ejemplo de que la solidaridad y la compasión no entienden de edad, etnia, género u origen.

 

Rocio Barquilla

23/05/2018

El mayor estudio global sobre las personas sin hogar se llevó a cabo en 2005, cuando la ONU estimó que existían 100 millones de personas en dicha situación, y que 1.600 millones de personas más carecían de una vivienda digna. Desde entonces, el número ha seguido creciendo. Según Médicos del Mundo, desde que empezó el período de crisis económica, el número de personas sin techo ha aumentado, siendo alarmante el elevado número de jóvenes y mujeres que terminan en esta situación.

Vivir en la calle no sólo implica no tener un techo bajo el que refugiarse del frío o de la lluvia. Esta situación también reduce la esperanza de vida de las personas sin hogar en una media de 20 años y aumenta los problemas de salud físicos, psicológicos y sociales que puedan padecer.

Existen múltiples organismos que trabajan para ayudar a este colectivo marginado, desde grandes organizaciones como la Cruz Roja hasta pequeñas entidades como Solidarios para el Desarrollo. Algunas ofrecen programas de voluntariado para proporcionar alimento y compañía a las personas sin hogar, otras disponen de más recursos y trabajan a través de unidades móviles en la calle o dispositivos fijos de atención social, proporcionando un abanico más amplio de ayuda que incluye atención médica, psicológica, laboral, etc.

Sin embargo, para ayudar a las personas sin hogar no es necesario ser un profesional o formar parte de alguna organización. Austin Perine, un pequeño héroe de sólo cuatro años, es el mejor ejemplo de que la solidaridad y la compasión no entienden de edad, etnia, género u origen.

Austin Perine con su capa de superhéroe mientras entrega alimentos

Un día, viendo un documental sobre pandas, el pequeño Austin le preguntó a su padre que era “no tener un lugar donde vivir”. Entonces su padre le explicó la situación en la que se encontraban muchas personas sin hogar de su propio barrio. Con la mejor intención del mundo, Austin decidió que era necesario gastarse sus escasos ahorros en unos sándwiches de pollo para estas personas, aunque más tarde comprendió que no era suficiente.

Bajo el lema “¡No te olvides de mostrar tu amor!”, Austin y su padre decidieron crear un proyecto de ayuda a los sin techo de su comunidad en Birminghan, Alabama. El proyecto, llamado Show Love (muestra tu amor), ha conseguido recaudar más de 70.000 dólares en menos de un mes a través de su página de crowdfunding Show Love Fight Hunger (muestra tu amor, combate la hambruna), donde ya han participado más de 1.700 personas.

Además de alimentar a las personas sin hogar, el programa incluye “establecer un sistema de ayuda con artículos de higiene, rehabilitación e integración en refugios”. De hecho, a principios de mes Austin anunció en las redes sociales ¡que tienen planeado abrir un centro social!

Con sólo una sonrisa, mucha buena voluntad y su capa de superhéroe, Austin ha conseguido conquistar el corazón de miles de personas solidarias a lo largo del mundo que se han desvivido por ayudarle. ¡Incluso grandes empresas como Burguer King o Fight Hunger se han unido a su causa!

Por supuesto, las redes sociales no han tardado en hacerse eco de la gran lección de humanidad del pequeño Austin, agradeciéndole su labor y admirando su decisión a tan tierna edad. Por supuesto, Austin tiene una cuenta de Twitter propia (@PresidentPerine), donde su padre publica sus impresiones siempre con el hashtag #ShowLove.

Lo más relevante no es que Austin se acerque a las personas sin techo para entregarles alimentos o para dispensar productos de higiene. La mayor tarea que este pequeño héroe de cuatro años está llevando a cabo es visibilizar la exclusión, normalizar la solidaridad para con las personas sin hogar y arrancarles una sonrisa diaria con su gran corazón. Al fin y al cabo, es una manera de decirles "no están solos".

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